junio 16, 2006

Nostra storia d’amore

Confirmo mi secreto encerrado en el corazón durante esa noche sensual, entre miles de deseos que me hablan, que bailan sinuosos, veloces en contra de mis tonterías… es mi tiempo de magia para alejar a mi corazón de los vientos de radiante torpeza, que me hacen buscar tu presencia y dibujarte junto a mí. Late fuerte en mi pecho el ansia atávica de amor entre dos seres que necesitan encontrarse y así como el tiempo marca cada momento en que corre mi vida para acercarse a la tuya, crece este deseo de unión entre nuestras miradas que se rozan, entre nuestras manos que se aprietan. Sin falsa modestia, digo que esta en nuestra gran historia de amor, digo que la locura ordena que seas mío, mío, mío, digo que aún quiero tu aliento y que me abandono a ti, cariño. Sin más confines que tú, temo de las certezas sin límites y sólo me someto a la locura que domina en el deseo de explotar nuestros corazones en nuestra gran, maravillosa, extraña historia de amor.

Tú y yo, querido mío.

Rendida ante ti, Antoinette.

3 Comments:

At 16 junio, 2006 21:31, Blogger Funiculí Funiculá opina...

que maravilla de carta!

 
At 17 junio, 2006 11:00, Blogger Salmon opina...

Antoinete:

Días agrios y dulces, me han bajado la llama hasta la oscuridad perpetua, no encuentro descanso ni en el sueño ni en la vida, se derrumban mis huesos lentamente, y no tengo a nadie que resbale el polvo hasta los gusanos… Pero no importa, ayer o antes, hable con un “devaneo para siete noches”, y me contó que en las telarañas informáticas se había tropezado contigo…

Felices de haberos encontrado, me anima demasiado escuchar tus líneas tristes, amargas pero esperanzadoras… creo que escribes con luz y sangre….

Felicitaciones por las líneas…


EL REGRESO (Eduardo Galeano)
Viajan hacia el origen.
Guiados por alguna brújula secreta, los salmones vuelven al lugar donde nacieron. Vuelven para parir y morir.
Desde la mar, remontan los ríos. Nadan a contracorriente, sin detenerse nunca, saltando a través de las cascadas y los pedregales y los muchos días y las muchas leguas.
Los salmones se habían ido de la cuna, rumbo a la mar, cuando eran jóvenes de poco cuerpo. En las aguas saladas, han crecido mucho y han cambiado de color. Cuando desandan camino y río arriba vuelven al punto de partida, llegan convertidos en peces enormes, que del color rosa han pasado al naranja rojizo y al azul de plata y al verdinegro.
El tiempo ha transcurrido, y los salmones ya no son los que eran. Tampoco su lugar es el que era. Las aguas transparentes de su reino de origen y destino están cada vez menos transparentes, y cada vez se ve menos el fondo de grava y rocas. Pero los salmones llevan miles o millones de años creyendo que el regreso existe, y que no mienten los pasajes de ida y vuelta.

 
At 18 junio, 2006 02:47, Blogger [ Hródric ] opina...

bello amore di una donna innamorata

es lindo el idioma italiano.

 

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